Tratamiento del lagrimeo constante u ojo lloroso - Instituto Oftalmológico Fernández Vega
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El tratamiento del lagrimeo constante o el ojo lloroso

El Dr. Javier Fernández-Vega Sanz nos explica en qué consiste el tratamiento del lagrimeo constante.

El ojo humano está produciendo lágrimas constantemente para mantener la superficie ocular hidratada y húmeda, protegida de cuerpos extraños, limpia y en condiciones óptimas. El mecanismo es muy sencillo: la glándula lagrimal produce las lágrimas y éstas se extienden por la superficie ocular con el parpadeo. Lo habitual es que el exceso salga de los ojos por el conducto lagrimal que acaba en la nariz, pero, a veces, puede ocurrir que no se drene bien, dándose un caso de ojo lloroso.

Esta situación es una de las causas más frecuentes de visita a oftalmología, y suele generar bastante molestia e incomodidad a los pacientes. A continuación, el Dr. Javier Fernández-Vega Sanz nos explica en qué consiste el tratamiento del lagrimeo constante.

Causas del lagrimeo constante u ojo lloroso

En general, el lagrimeo constante puede deberse a dos causas fundamentales:

Para empezar, puede darse un exceso en la producción de lágrima relacionado normalmente con la superficie del ojo. Esto suele deberse a algo puntual, como una inflamación por alergia o conjuntivitis, blefaritis, por padecer ojo seco… Hay que tener en cuenta que el ojo seco, como provoca irritación, puede sobreestimular la glándula lagrimal generando el fenómeno del ojo lloroso. Ante cualquiera de estos escenarios, atajando el problema original con un tratamiento médico, el lagrimeo constante se suele solucionar o mejorar.

Otra opción es que haya una obstrucción del drenaje de la vía lagrimal. En este caso, se trata de un problema más complejo, pues para corregirlo hace falta una cirugía.

Consecuencias del lagrimeo constante u ojo lloroso

La producción excesiva de lágrimas, o su falta de drenaje, puede tener consecuencias negativas a medio-largo plazo para la salud ocular. Aunque éstas no son muy graves, sí que pueden ser complicaciones molestas. Por lo tanto, es importante que en cuanto comiencen los síntomas de ojo lloroso se acuda a la consulta de oftalmología de confianza para un correcto diagnóstico y tratamiento.

Infección del saco lagrimal

La principal consecuencia de una obstrucción de la vía lagrimal es la infección del saco lagrimal o dacriocistitis. Al no drenarse bien las lágrimas, éstas se van acumulando y con ellas posibles microorganismos de la propia lágrima y del ojo. Esta patología puede generar dolor y enrojecimiento en torno a la zona lagrimal. Si no se trata a tiempo se puede cronificar, generando una hinchazón de la zona y una conjuntivitis continuada.

Otras consecuencias del ojo lloroso pueden ser la inflamación de los párpados, la visión borrosa y el enrojecimiento crónico de la esclerótica, la zona blanca del globo ocular. Junto con esto, al tener que estar secando los ojos para retirar el exceso, el lagrimeo constante también suele fomentar la laxitud y la caída del párpado.

Ojo lloroso o lagrimeo constante: tratamiento

El tratamiento del ojo lloroso variará según la causa. Como apuntábamos antes, hay problemas oculares que pueden tener como consecuencia el lagrimeo constante. En esta situación, con solucionar la patología de origen mediante un tratamiento médico, suele ser suficiente.

En los casos en los que el ojo lloroso se produce por una obstrucción de la vía lagrimal, lo habitual es tener que recurrir a una dacriocistorrinostomía (DCR). Esta cirugía crea una nueva vía de drenaje entre el saco lagrimal y la cavidad nasal para que el exceso de lágrima se pueda evacuar. Hay tres tipos según sus características y el nivel de la obstrucción del lagrimal:

Dacriocistorrinostomía externa

Es una intervención que se lleva a cabo con sedación y anestesia local. Mediante este procedimiento se realiza una pequeña incisión de pocos milímetros en el ángulo interno de órbita que resulta prácticamente invisible. Los pacientes pueden volver a hacer vida normal en seguida.

Dacriocistorrinostomía endoscópica

Hoy en día esta intervención suele ser la más elegida por su alta tasa de éxito, superior al 90%. Es una cirugía que se realiza con anestesia local y sedación y consiste en realizar un pequeño bypass entre el saco lagrimal y la fosa nasal por vía endonasal, utilizando una cámara endoscópica. No hay cicatriz externa, no es dolorosa y al día siguiente se puede hacer una vida normal. Entre sus ventajas, estaría fundamentalmente la reducción de la duración de la cirugía, una recuperación más rápida y menos molestias.

Tubos de Jones o Conjuntivodacriocistorrinostomía (CDCR)

En los casos en los que la obstrucción es a nivel del inicio de la vía lagrimal (entre el punto lagrimal y el saco),  se puede corregir mediante la colocación de una prótesis que haga un nuevo sistema de drenaje lagrimal artificial y comunica el ángulo interior del ojo con la fosa nasal.

Mas información en nuestro blog: Qué son las lágrimas y cómo se producen​