Neuropatía óptica isquémica: el infarto en el nervio óptico - Instituto Oftalmológico Fernández-Vega
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Neuropatía óptica isquémica: el infarto en el nervio óptico

Dentro de los accidentes vasculares uno de los posibles es la Neuropatía Óptico Isquémica, afectación por falta de riego en el nervio óptico.

Aunque en general somos muy conscientes de que debemos cuidar nuestra presión arterial y de las consecuencias negativas que tiene no hacerlo. Sin embargo, este indicador es igual de importante para el buen funcionamiento de los órganos de la vista y el mantenimiento de nuestra salud ocular. Hay muchas complicaciones asociadas a un mal control del bienestar de nuestros ojos, como es el caso de la neuropatía óptica isquémica. 

La neuropatía óptica isquémica, también llamada infarto en el nervio óptico, es una enfermedad frecuente que causa ceguera irreparable. Las causas son muy diversas, pero están relacionadas con la correcta circulación de la sangre y el buen estado del nervio óptico. Por lo tanto, enfermedades como las trombosis oculares o algunas complicaciones después cirugías oftalmológicas o de otros órganos, como por ejemplo corazón o espina vertebral, pueden ser detonantes de esta patología.  

¿Qué es la neuropatía óptica isquémica?  

 La neuropatía óptica isquémica es una enfermedad del nervio óptico que supone una pérdida repentina de la visión debido a la interrupción o disminución del flujo sanguíneo en el nervio óptico del ojo. 

Este trastorno es ocasionado por el obstrucción de las arterias que son las encargadas de regar al  nervio óptico. Esto provoca una pérdida importante de campo visual, que normalmente es irrecuperable. Durante el proceso, se produce un defecto pupilar aferente, por el que la pupila no responde bien a la luz.  

El diagnóstico de la neuropatía óptica isquémica se hace en consulta de oftalmología, cuando el especialista una exploración del fondo del ojo revela un edema de papila. 

¿Qué puede provocar un infarto en el nervio óptico?   

 El infarto en el nervio óptico suele darse porque una masa se desprende dentro de los vasos sanguíneos y, a través de la sangre, llega hasta la arteria oftálmica, tapando de forma total o parcial el paso de la sangre en las arterias que irrigan al nervio óptico. Esto supone que se atrofie el nervio óptico, generando un taponamiento y por ende, la pérdida de visión de forma repentina.  

Como comentábamos, las causas de este proceso son muy diversas e, incluso, en algunos son desconocidas. Aun así, es importante señalar que en general, en todos los pacientes los daños de esta enfermedad son irreversibles. 

Tipos de neuropatía óptica isquémica 

La neuropatía óptica isquémica puede ser de dos tipos, anterior y posterior, siendo más frecuente la anterior, asociada a factores de riesgo vascular como la hipertensión, la diabetes o el colesterol. A su vez, la posterior está relacionada con enfermedades del sistema nervioso central. 

Dentro de las neuropatías ópticas isquémicas anteriores, nos encontramos con arteríticas o no arteríticas, según si el proceso de taponamiento que causa esta enfermedad viene acompañado de una inflamación arterial o no.  

Neuropatía óptica isquémica anterior arterítica  

 Entre las causas de este tipo de neuropatía óptica isquémica también entran en juego enfermedades autoinmunes como la arteritis de la temporal.  

Esta enfermedad suele presentar síntomas más allá de la pérdida de visión repentina, y, de hecho, uno de los síntomas clave es la visión borrosa o la pérdida de visión temporal antes de dejar de ver definitivamente. Junto con esto, otros síntomas son fatiga en la masticación, polireumatismo, pérdida de apetito, dolor periorbitario e hipersensibilidad del cuero cabelludo.  

El diagnóstico de la neuropatía ótica isquémica anterior arterítica implica la realización de una analítica con determinación de factores inflamatorios específicos (proteína C reactiva –PCR- y velocidad de sedimentación globular (VSG). Para su tratamiento se emplean altas de corticoides. 

Neuropatía óptica isquémica anterior no arterítica 

Este tipo de neuropatía ótica isquémica es la causa más frecuente de neuropatía óptica aguda en personas mayores de 60 años, y, en general, es uno de los motivos más comunes de pérdida de visión.  

En este caso, se cree que el origen de la patología se debe a una incorrecta circulación en la papila del nervio óptico. Como en el caso anterior, este trastorno se relaciona también con enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, diabetes y apnea obstructiva de sueño, entre otras. En general, la neuropatía óptica isquémica anterior no arterítica es mucho menos grave que la arterítica, y su tratamiento se basa en tratar los factores de base (hipertensión, diabetes y colesterol).  

Neuropatía óptica isquémica posterior  

La neuropatía óptica isquémica posterior se asocia a enfermedades del sistema nervioso central, principalmente desmielinizantes o infecciones víricas que tienen un efecto en el campo visual, generando la disminución de la visión del paciente. 

Lo más importante al enfrentarse a una enfermedad de este tipo es encontrar urgentemente la causa que lo ha ocasionado, descartando problemas neurológicos, trastornos a nivel cardiovascular y trombofilias. Otros factores desencadenantes son la apnea del sueño y la hipotensión arterial nocturna. 

 

Neuropatía óptica isquémica: tratamiento 

Antes de nada, hay que señalar que no existe ningún tratamiento para mejorar o recuperar la visión perdida por la neuropatía ótica isquémica. Por lo tanto, todos los procesos que se recomendarán en la consulta de oftalmología son preventivos, para evitar que la pérdida de visión vaya a más o se extienda al otro ojo.  

Estos tratamientos pueden variar enormemente según las necesidades y peculiaridades de cada paciente y las recomendaciones médicas, abarcando desde un masaje para remover el coágulo hasta tomar fármacos para reducir la inflamación del nervio óptico. Junto con esto, el control de factores de riesgo como la diabetes, el colesterol y la hipertensión siempre son clave para tratar de manera preventiva esta enfermedad.