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¿Cómo se llega al diagnóstico del ojo seco? Así es el proceso

Artículo actualizado el 10/05/2023

Con mucha frecuencia tenemos en la consulta pacientes que se quejan de molestias, incomodidad o malestar ocular con síntomas de ojos pesados, escozor, ardor, sensación de arenillas, sequedad ocular o, paradójicamente, lagrimeo reactivo. Estos síntomas se exacerban con ciertas circunstancias como exposición al humo o irritantes volátiles, al viento, al calor o al frío, o con actividades como el uso de pantallas de visualización de datos. En estos casos, tenemos que pensar que el paciente puede padecer sequedad ocular, pero ¿cómo se hace el diagnóstico del ojo seco?

¿Qué es el ojo seco?

Empecemos por explicar brevemente en qué consiste el ojo seco y cuál es su gravedad. Se trata de una enfermedad que afecta a la parte externa del ojo y se produce cuando el lagrimal no produce suficiente lubricación o de la calidad adecuada. Como consecuencia, los pacientes sienten molestias, inflamación y alteración de la visión.

Las causas del ojo seco

Las causas más habituales que surgen en el diagnóstico del ojo seco suelen ser afecciones en los párpados, como la blefaritis o la rosácea ocular. También está altamente relacionado con la menopausia, siendo este el principal problema visual de la menopausia.

En algunos casos de mayor gravedad, se asocia el ojo seco a enfemeredades autoinmunes, como el síndrome de Sjögren, hormonales como el hipotiroidismo, metabólicas o incluso alteraciones del sueño.

Diagnóstico del ojo seco: historia clínica y exploración de la superficie ocular

El ojo seco es una enfermedad multifactorial, crónica y a veces asintomática lo que la convierte en una patología difícil de estandarizar. Su diagnóstico está orientado a identificar las pruebas que permiten cumplir la definición de la enfermedad y los subtipos para orientar y monitorizar el tratamiento. Además, deben servir para realizar el diagnóstico diferencial y las comorbilidades.

En general, se suele llevar a cabo una secuencia de pruebas para el diagnóstico de ojo seco. El punto de partida es la historia clínica enfocada a la patología de la superficie ocular. Teniendo en cuenta los factores de riesgo y clasificación se puede realizar la aproximación diagnóstica en la gran mayoría de los pacientes.

Cuestionarios para el diagnóstico del ojo seco

Los cuestionarios son de gran utilidad como ayuda diagnóstica y nos pueden servir para cuantificar la gravedad de la patología y la respuesta al tratamiento.

  1. El OSDI (Ocular Surface Disease Index): nos da información sobre la gravedad de la patología y la afectación de la visión.
  2. Cuestionario SANDE:  consiste en dos preguntas sobre la frecuencia y gravedad de los síntomas. Este cuestionario sirve para el diagnóstico de la enfermedad y también funciona como herramienta de monitorización del tratamiento.

Prueba de ojo seco: pruebas no invasivas para el diagnóstico del ojo seco

Prueba Shirmer: mide la longitud humedecida de una tira de papel secante depositada en la conjuntiva palpebral inferior.

Variantes de esta prueba son la medida con rojo fenol y el uso de tiras con colorantes. También se puede medir la secreción refleja con la prueba de Shirmer con estimulación nasal.
Las pruebas del tiempo de ruptura de lágrima y tinciones de la superficie ocular con fluoresceína, verde de lisamina o rosa de Bengala, nos indican la calidad de la lágrima y el estado del epitelio corneal y del glicocálix asociado.

La medida de la osmolaridad en lágrima es una prueba que nos da información directa sobre los mecanismos patogénicos del ojo seco y se puede hacer con instrumentos comerciales.

La citología de impresión conjuntival es una prueba de anatomía patológica no invasiva que no molesta al paciente, fácil de realizar, de procesar y fácil de interpretar. Nos da información sobre el número de células caliciformes, las alteraciones del epitelio corneal como la metaplasia escamosa y la presencia o no de células inflamatorias o eosinófilos.

Otros estudios de bioquímica de la lágrima pueden ayudar a caracterizar la enfermedad. También se desarrollan biomarcadores de la proteómica de la lágrima y componentes de la matriz extracelular que están en fase de validación.

Resumiendo, se puede iniciar un diagnóstico clínico basado en la historia clínica enfocada y teniendo en cuenta los factores de riesgo. Las encuestas diagnósticas ayudan a clasificar la enfermedad y son útiles para evaluar la respuesta al tratamiento. Las pruebas oftalmológicas confirman la gravedad de la patología y ayudan al diagnóstico diferencial.

En un futuro próximo se contará con pruebas rápidas basadas en biomarcadores que ayudarán al diagnóstico, a orientar el tratamiento y a evaluar la evolución.

¿Quieres saber más sobre el síndrome de ojo seco?

Aprende en este vídeo todas las claves sobre esta patología ocular: