La conjuntivitis vírica: causas y tratamientos

Artículo actualizado el 13/03

¿Padeces síntomas oculares como picor, quemazón, lagrimeo, sensación de cuerpo extraño, inflamación de párpados y enrojecimiento? Si es así, lo más probable es que sufras de conjuntivitis. Esta enfermedad puede tener causas diversas: bacteriana, vírica, alérgica o irritativa, y de ello dependerá el tratamiento a seguir. Hoy te contamos todo sobre la conjuntivitis vírica para que puedas reconocerla a tiempo y evitar complicaciones.

Qué es la conjuntivitis vírica

La conjuntivitis vírica un tipo de conjuntivitis provocada por una infección vírica, altamente contagiosa. Los síntomas incluyen inflamación de párpados, córnea y conjuntiva. Esto suele estar acompañado de importantes molestias oculares y sensibilidad a la luz. Su duración dependerá de la cepa de virus.

Hay dos virus principales asociados a las conjuntivitis víricas, el adenovirus y el herpes. Nos centraremos en la primera: Conjuntivitis vírica por adenovirus. provoca la mayoría de las conjuntivitis. En general, afectan también a las vías respiratorias, por lo que muchas veces se asocian con adenopatía pre-auricular y faringitis.

Además del enrojecimiento ocular y la inflamación, entre los síntomas más frecuentes de esta patología se encuentran el picor, quemazón, lagrimeo y sensación de cuerpo extraño. Los especialistas recomiendan acudir a la consulta de oftalomología en cuanto se detectan los síntomas para poder hacer un correcto diagnóstico del tipo de conjuntivitis y comenzar el tratamiento adecuado lo antes posible.

Tratamiento de la conjuntivitis vírica

Debido a su altísima tasa de contagio, es muy importante iniciar el tratamiento de la conjuntivitis vírica en cuanto se detecta. De esta manera, se reducen las posibilidades de que la enfermedad se extienda aún más.

Ante este tipo de conjuntivitis, el tratamiento recomendado es a base de colirios antisépticos y antiinflamatorios en pauta descendente. También será recomendable lavar bien con suero fisiológico y lágrimas artificiales para disminuir carga vírica y mejorar la sintomatología. Como complemento, se pueden aplicar compresas frías en la zona.

 Recomendaciones para evitar el contagio de conjuntivitis vírica

Si por algo se caracteriza la conjuntivitis vírica es por la facilidad de contagio ya que se propaga por el contacto y tiene una ventana de contagio muy alta (entre siete y catorce días). De hecho, basta con tocar una superficie u objeto, que antes haya tocado la persona afectada con conjuntivitis, y luego pasar la mano por los ojos para que se transmita. Por eso la higiene es fundamental, tanto para quienes la padecen como para las personas que están cerca de la persona afectada.

• Extremar la higiene y lavarse siempre las manos antes de llevarlas a los ojos, indicado sobre todo a personas próximas a pacientes con conjuntivitis y portadores de lentes de contacto
• Reducir en la medida de lo posible la exposición al sol.
• Utilizar gafas de sol homologadas con filtro solar para rayos UV.
• No compartir toallas, sábanas, ropa, productos cosméticos, ni el protector solar para la cara.
• No frotarse los ojos.
• Acudir a un especialista en caso de que aparezcan los primeros síntomas.

Los últimos meses del año son los que registran mayores índices contagio de la conjuntivitis vírica. Después de esto, es el periodo de calor donde más contagios se producen. La mayor sequedad del aire, el aumento de la concentración del polen en el ambiente y la posible contaminación química en el agua de piscinas favorece su aparición.