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La historia de las gafas

Actualizado: 27/09/22

¿Sabes que las gafas para leer es uno de los inventos más importantes de los últimos 2.000 años? Una revolución que supuso un impulso para la ciencia, el arte y la filosofía, actividades que quedaban relegadas a personas con buena visión de cerca, como los jóvenes o las personas con miopía. El orador romano Cicerón escribía que en su vejez no podía leer y tenían que hacer esta tarea sus esclavos.

¿Quién inventó las gafas?

En la antigüedad, ya se habían utilizado artilugios que ayudaban a mejorar la visión de los objetos, ejemplo de ello fue el filósofo romano Séneca, que se ayudaba de esferas de vidrio para ampliar las imágenes.

Algunas fuentes también señalan que, el emperador Nerón, que tenía problemas de visión, utilizaba un monóculo fabricado con una esmeralda para poder ver mejor las luchas entre gladiadores.

Fue un científico árabe durante siglo XI, Ibn al-Haytham, quien sentó las bases teóricas para la invención de las gafas gracias a sus estudios sobre la córnea humana y los efectos que tenían los rayos de luz en espejos.

Pero ¿quién inventó las gafas? El invento se atribuye a dos monjes franciscanos, Alejandro de la Espina yRoger Bacon, quienes hacia la mitad del siglo XIII en Venecia comunicaron el secreto de la fabricación de las lentes. Gracias a su descubrimiento, los frailes de más edad podían continuar con sus labores aunque tuviesen problemas de visión debido a la vejez, como por ejemplo presbicia.

¿Dónde encontramos el origen de las gafas? ¿Cuándo se inventaron las gafas? 

El primer cuadro de una persona con gafas data del año 1.352, un retrato del Cardenal Hugo de Provenzaleyendo en un escritorio, que fue pintado por Tomás de Módena. Este retrato se encuentra en la iglesia de San Nicolás de Treviso en Italia.
Podemos decir que Italia, concretamente Murano, durante el siglo XIII, fue la cuna de la creación de lentes. Las fábricas de cristal de Murano eran las únicas capaces de producir vidrio dúctil. Las primeras gafas fabricadas allí fueron para la presbicia con una lente esmerilada convexa y un siglo más tarde llegaron las lentes cóncavas para la miopía.

Las gafas no sufrieron cambios hasta 1.452, cuando Gutemberg inventó la imprenta y se produjo una revolución en la lectura de libros. La demanda de gafas aumentó y fue en ese momento cuando la fabricación de lentes dejó de ser un arte monacal para empezar a producirse de forma masiva en los primeros talleres.

Otro gran hito en la historia de las gafas llega en el siglo XVIII, cuando el estadounidense Benjamin Franklin, más conocido por sus estudios sobre fenómenos eléctricos, fabricó las primeras lentes bifocales que permitían ver de cerca y de lejos, que ayudaban en la corrección de defectos refractivos como el astigmatismo.

A principios del siglo XX las gafas adoptaron la forma que hoy día conocemos, dejando atrás los modelos rudimentarios, hechas en madera, cuero o huesos. Hoy día disponemos de una infinidad de diseños, formas y colores a nuestro alcance.

 ¿Y qué pasa con la historia de las lentillas?

Las lentillas son una opción muy práctica y cómoda para mejorar la visión de aquellos pacientes con defectos refractivos que prefieren no utilizar las gafas tradicionales, pero ¿cuál es su origen?

La historia de las lentillas tiene su origen en el siglo XVI, época en la que el más famoso y polifacético renacentista, Leonardo Da Vinci, tuvo la idea de sustituir las gafas por micro lentes de contacto. Esta idea la tuvo al observar que, al sumergir la cabeza en un recipiente de cristal lleno de agua, la visión que tenía era diferente a la convencional. El pensamiento lo recogió en su obra “Código ocular”, donde explica cómo podría corregirse la visión defectuosa con una lente correctiva colocada en la superficie del ojo.

Más tarde, el filósofo Descartes desarrolló un prototipo de lente de contacto con agua en su interior y una curvatura similar a la de la córnea, pero no consiguió que su idea fuera viable y práctica.

Fue a finales del siglo XIX cuando el fabricante alemán F.A Muller, experto en prótesis oculares, creó la primera lentilla transparente de cristal para proteger los ojos de los pacientes. Esto sirvió para que su predecesor, Adolph W. Müller-Welt, fabricara las primeras lentes de contacto de cristal soplado. Eran algo rígidas e incómodas, por lo que su uso se limitaba a solo unas pocas horas.

El paso definitivo fue la aparición del plástico y el descubrimiento de los nuevos polímeros plásticos transparentes. Las lentes de contacto de plástico rígido tuvieron mucho éxito y sentaron las bases para que el químico checo Otto Wichterle, inventor del polímero HEMA en 1950, fabricara las primeras lentillas de plástico flexibles con alto contenido en agua.

Muchas empresas intentaron conseguir la patente hasta que la óptica Bausch & Lomb la compró en 1967. Su uso se popularizó y el resto ya es historia.